Cooperativas Agro-alimentarias de Granada ha mostrado su total indignación por el resultado de la primera licitación al almacenamiento privado de aceite de oliva, aprobada por Bruselas, y ofrecida al sector sin límite de volumen de producción ni importe máximo de ayuda con la finalidad de regular el mercado, tras la protesta unánime del sector olivarero en Madrid.
Las cooperativas rechazan que de las 113.000 toneladas solicitadas en Andalucía, sólo un 3% del volumen presentado pueda almacenarse a un precio igual o inferior a 0,83 euros por tonelada al día. Esta cantidad ridícula, insuficiente para regular el mercado y atender los retos que plantea la crisis que sufre el sector, ha indignado profundamente a cooperativas y olivareros granadinos que no están dispuestos a pasar por alto esta falta de respeto demostrada por parte de las instituciones comunitarias.
El representante del sector de aceite de oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada, Rafael Almirón, ha mostrado su desacuerdo con esta resolución al considerarla un auténtico engaño por parte de la Comisión Europea hacia olivareros y cooperativas, sector que sufre desde hace meses una profunda crisis de precios, además de la puntilla que han supuesto los aranceles de Estados Unidos a la exportación de aceite de oliva.
“El sector fue claro y contundente en la demanda del almacenamiento privado. Esta licitación es una tomadura de pelo. No da respuesta ni siquiera mínimamente a la oferta ni está dotada de un presupuesto lo que resulta totalmente inviable para atender las necesidades reales del sector. Esto, incluso, puede ser contraproducente en el mercado”, resaltó Rafael Almirón.
Cooperativas Agro-alimentarias de Granada lamenta que la Comisión Europea no esté atendiendo las necesidades de los olivareros, y exige al Gobierno Español que pida explicaciones y defienda la activación de un almacenamiento privado eficaz. La federación defiende los intereses de 50 cooperativas oleícolas. En Granada, tercera provincia productora a nivel nacional, más de 30.000 agricultores viven de este sector prioritario para la generación de empleo y el desarrollo socioeconómico de muchos pueblos y comarcas.