En el marco de sus líneas estratégicas de promoción de la igualdad y la formación entre sus cooperativas y personas asociadas, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía clausuró hace unos días en la cooperativa Casil de Marchena (Sevilla) el curso ‘Desarrollo personal y gestión’, iniciado el pasado 7 de octubre en el marco del convenio suscrito con Fundación “la Caixa”, para la realización de la segunda edición de un programa específico dirigido a mujeres socias y trabajadoras de empresas agroalimentarias andaluzas.
La clausura, que coincidió con la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, cerró una formación en la que se han trabajado las habilidades personales, el marco financiero y económico de las cooperativas, la comunicación digital, así como cuestiones jurídicas y relacionadas con los recursos humanos en la empresa cooperativa. En total han participado 30 mujeres, la mayoría socias de la cooperativa Casil.
A fin de poner el broche a esta segunda actividad formativa, de las cuatro que componen el convenio marco suscrito por Cooperativas Agro-alimentarias y Fundación “la Caixa”, tuvo lugar una mesa redonda sobre la situación de la mujer rural en el sector agrario y las oportunidades de la actividad agrícola y ganadera. En el debate, presentado por el presidente de Casil, José Vicente Castro, participaron representantes de entidades públicas y privadas.
En concreto, intervinieron la directora general de Industrias, Innovación y Cadena Agroalimentaria de la Consejería de Agricultura, Cristina de Toro; el director general de Violencia de Género, Igualdad de Trato y Diversidad de la Consejería de Igualdad, Ángel Mora; la alcaldesa de Marchena, María del Mar Romero; la diputada nacional Teresa Jiménez-Becerril; y el director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi.
Aunque en el mundo rural la presencia de mujeres y hombres está “equilibrada”, como destacó la directora general de Industrias, la balanza se descompensa cuando se mira al sector agrario, donde la participación de la mujer desciende al 25%, un porcentaje que disminuye mucho más cuando se habla de agricultoras y ganaderas titulares de explotaciones. Por ello, a modo de autocrítica, Cristina de Toro reconoció que la Ley de Titularidad Compartida puesta en marcha a finales de 2018 no ha tenido un impacto real. En el ámbito de las cooperativas agroalimentarias, las mujeres representan un 30% de la base social, sin embargo apenas un 5% llega a asambleas y consejos rectores.
Por ello, tanto el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía como la diputada en el Congreso insistieron en la necesidad de que agricultoras y ganaderas confíen más en su potencial y apuesten por dar un paso al frente de los órganos de decisión de las cooperativas. En este sentido, Jaime Martínez-Conradi destacó la empatía de las mujeres a la hora de trabajar unidas, virtud de la que precisa el modelo cooperativo agroalimentario.
Conscientes de que equilibrar la balanza no es sencillo, el director general de Violencia de Género y la alcaldesa de Marchena hicieron hincapié en la importancia de desechar “roles y clichés heredados”, un trabajo en el que la formación y la educación desempeñan un papel fundamental. Por ello, todos los participantes de la mesa redonda destacaron la ventaja competitiva que aportan cursos como el celebrado en la cooperativa Casil a la hora de afrontar cargos de representación.
A modo de cierre, el director de Área de Negocio de CaixaBank, José Vicente Marín, agradeció a Cooperativas Agro-alimentarias la oportunidad de impulsar la formación de agricultoras y ganaderas para promover su acceso a los órganos de decisión en un modelo empresarial con el que comparten valores como “la diversidad, la meritocracia y la igualdad”. Para el representante de CaixaBank, este tipo de acciones les permite “reforzar el compromiso con el sector más relevante de Andalucía”, una actividad donde “la mujer no ayuda, trabaja; y no solo se dedica a las labores manuales, sino que también gestiona”, recalcó José Vicente Marín.