Cuando en marzo disfrutamos de unos días de precipitaciones nos relajamos pensando que se abría una temporada de lluvias que nos aliviarían en los recursos hídricos. Pero no es así. A 23 de agosto el agua embalsada en los pantanos granadinos asciende a 383 hectómetros cúbicos. Si ya esta cifra es preocupante mucho más lo es que los datos de variación siempre van a la baja, un 0,93% menos que la semana anterior.
Todo esto se va a notar en la producción de determinados cultivos de la provincia. El olivar es uno de los más perjudicados. Según el gerente de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada, Gustavo Ródenas, “en la presente campaña vamos a cuantificar hasta 80 millones de kilos de aceite menos, con unos 250 millones de euros de pérdidas respecto a otros años”. Alrededor de 40.000 familias viven en Granada del sector del olivar. En algunas zonas, este año se espera que habrá menos de la mitad de cosecha que otros. Se está notando la falta de agua, en zonas como Salar, Loja, Alhama, Montefrío e Íllora. Las lluvias en marzo-abril han sido de 300 l/m2 cuando la media era de 600.
Ante esta situación, el papel de las cooperativas se presenta como fundamental para poder canalizar el trabajo en un sector, el agrícola y ganadero, tan estratégico. Las cooperativas son entidades afianzadas en el territorio y que trabajan en la sostenibilidad económica, social y ambiental.