Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pide un plan más ambicioso para el aceite de oliva

Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pide un plan más ambicioso para el aceite de oliva

Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, federación que representa la producción del 70% del aceite de oliva de la región, y el 55% de toda la oferta nacional, valora positivamente el decálogo de medidas para el sector presentado en la tarde de ayer por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. No obstante, desde la organización se defiende que, para sacar al sector de la crisis y asegurar su competitividad futura, el plan debe ser más ambicioso.

En primer lugar, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía considera que la medida 3 del plan de Agricultura, que aborda la regularización de la producción de aceite de oliva y cuya ejecución recae en el Ministerio de Agricultura y las Comunidades Autónomas, es la fundamental; la que el sector necesita de forma inmediata para sobreponerse a la crisis. Para ello, la federación insta al Ministerio a agilizar los trámites en Bruselas para la inclusión del aceite de oliva en el artículo 167, sobre estabilización de mercados, del Reglamento (UE) 1308/2013, por el que se crea la organización común de mercados de los productos agrarios, y en el que ya se recoge el vino.

“Es imprescindible que esté disponible para antes del comienzo de la campaña 2020-2021 si queremos que sea efectiva, para lo que el Ministerio debe conseguir su incorporación en los reglamentos transitorios de la PAC”, subraya el presidente del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva, Cristóbal Gallego. Según explica el responsable, su aprobación permitiría al Gobierno de España aprobar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) medidas de regulación para el sector, obligatorias para todos los operadores.

En cualquier caso, desde Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía se señala que se continúa trabajando en la propuesta de retirada voluntaria por aplicación del artículo 209 del citado reglamento, una medida que sería coordinada por Cooperativas Agro-alimentarias de España, pero que no podría ser obligatoria, “por lo que unos operadores retirarían aceite del mercado y otros se beneficiarían, no resultando realmente eficaz salvo que haya ayudas que compensen a los que participen”, comenta Cristóbal Gallego.

Regulación del sector aparte, la federación valora muy positivamente las medidas encaminadas al fomento de la calidad, la trazabilidad, el etiquetado y la promoción, pero echa en falta otras acciones de índole diplomático que tengan como objetivo el fin de los aranceles impuestos por Estados Unidos a las exportaciones de aceite de oliva envasado con origen español, los cuales están provocando una debacle en el sector y echando por tierra el trabajo y las inversiones de los últimos treinta años. Conviene señalar que hasta su imposición, el 18 de octubre de 2019, Estados Unidos era el segundo país importador de aceite de oliva de España, por detrás solo de Italia, con compras anuales en torno a 115.000 toneladas (60.000 de ellas envasadas). Pues bien, según los últimos datos de que se disponen, las ventas han caído un 92% en aquel país volviendo a niveles de 1989.

En opinión de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, ni desde el Gobierno de España ni desde la Unión Europea se está haciendo lo suficiente para revertir unos impuestos que están impactando en el sector en uno de sus momentos más complicados y críticos. Por contra, se están beneficiando, países competidores de la propia Unión Europea (lo que pone en cuestión la existencia de un mercado único) y países terceros como Túnez, los cuales han incrementado sus ventas a Estados Unidos y también a España, donde han crecido las importaciones, un hecho ante el que el Gobierno nacional debe exigir a Europa que se defienda la preferencia comunitaria, así como la reciprocidad en el cumplimiento de medidas sociales y medioambientales.

“No podemos dejar perder el mercado de Estados Unidos”, subraya Cristóbal Gallego, quien lamenta que cuanto más tiempo transcurra “más complicado será recuperar las ventas en el país norteamericano”. Paralelamente, añade el responsable, es urgente establecer un plan de promoción ambicioso para incrementar las ventas en otros países europeos y no europeos, comenzando por los propios estados productores como España, así como para abrir otros mercados, crear plataformas de comercialización e internacionalizar las empresas españolas. “Un sector eminentemente exportador como el del aceite de oliva, sí o sí, tiene que vender fuera y si nos cierran mercados como el de Estados Unidos el esfuerzo en promoción debe ser ingente para compensarlo”, asegura Cristóbal Gallego.

Finalmente, desde Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía se quiere incidir en otra demanda histórica del sector como es garantizar el acceso al agua a todos los territorios, para lograr una mayor competitividad, tan necesaria en el cultivo del olivar, máxime en la actual coyuntura.

 

Cooperativas Agro-Alimentarias de Granada y Caja Rural renuevan su compromiso de impulso a las cooperativas agrarias de esta provincia

Cooperativas Agro-Alimentarias de Granada y Caja Rural renuevan su compromiso de impulso a las cooperativas agrarias de esta provincia

Caja Rural Granada y Cooperativas Agro-Alimentarias de Granada han renovado su convenio de colaboración que desde hace más de veinte años apuesta por el impulso del cooperativismo agrario en esta provincia.

Los presidentes de ambas entidades, Antonio León y Fulgencio Torres, se han comprometido a continuar trabajando por el desarrollo de la competitividad y modernización de las empresas del territorio a través de varias medidas recogidas en el documento, como el avance de programas de I+D+i y el estímulo de actividades empresariales generadoras de riqueza y empleo.

Concretamente, se fomentará el desarrollo de técnicas de cultivo, poda, riego y sanidad, seguridad alimentaria y comercialización de las empresas cooperativas. El acuerdo también incluye el patrocinio de ferias y jornadas en el marco de la industria agroalimentaria y auxiliar, la prestación de asesoramiento técnico a Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas, así como la prevención de riesgos laborales, tanto a nivel de productores como de empresas comercializadoras.

Antonio León ha recordado los valores de ayuda mutua, responsabilidad social, democracia, transparencia, igualdad y solidaridad que Caja Rural Granada, como cooperativa de crédito, comparte con las empresas que integran esta federación provincial. El presidente de Caja Rural Granada ha destacado el sólido compromiso de la entidad con el sector primario, uno de los principales motores de la actividad económica de la provincia granadina, que ha demostrado su peso estratégico durante la crisis sanitaria del COVID-19.

Por otro lado, el presidente de la federación provincial, Fulgencio Torres, resaltó la relevancia estratégica del cooperativismo agroalimentario granadino y su contribución al desarrollo socioeconómico de los pueblos de la provincia. Muy especialmente, Torres ha compartido la responsabilidad de la Federación y las empresas de economía social que se han volcado con la población en estos meses tan difíciles, garantizando el suministro de alimentos a nivel nacional y internacional, además colaborar en múltiples iniciativas solidarias.

En la firma del convenio estuvieron, además, presentes el director general de Caja Rural Granada, Jerónimo Luque; el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada, Gustavo Ródenas, y el director de Negocio de la entidad financiera, José Aurelio Hernández.

Cooperativas Agro-alimentarias de Granada cuenta con 93 empresas, integradas por 35.500 agricultores y ganaderos. La federación representa y defiende los intereses de las cooperativas asociadas a nivel institucional, sectorial y empresarial, además de apoyarlas mediante la prestación de unos servicios profesionales que contribuyen a su impulso posicionamiento en los mercados.

Entre los retos de futuro, las actuaciones emprendidas tendrán como ejes transversales fomentar el relevo generacional mediante la incorporación de jóvenes a la agricultura y a las cooperativas, conseguir una mayor participación de la mujer en los órganos de decisión cooperativos, además de reforzar la competitividad mediante acciones en distintos ámbitos de la empresa.

Las cooperativas agroalimentarias granadinas facturan 640 millones de euros, siendo puntales económicos en sectores como el aceite de oliva -50 cooperativas olivareras asociadas- y el sector hortofrutícola -27 cooperativas asociadas-, además de otros muchos como frutos secos, cereales, ovino de carne, lácteo y suministros, entre otros.

La federación impulsa la expansión de estas empresas con servicios de formación, prevención de riesgos laborales, gestión de ayudas, comunicación, promoción e internacionalización de los productos agroalimentarios, asesoramiento jurídico, fiscal, laboral y contable y gestión de proyectos, entre otras muchas líneas de trabajo destacadas.

La estrecha colaboración de ambas entidades ha respaldado a un sector cooperativo innovador, orientado al mercado, en constante crecimiento y evolución.

 

La Ley de la Cadena favorece la competencia desleal y pone en peligro la competitividad del sector español en un mercado bajista como el actual

La Ley de la Cadena favorece la competencia desleal y pone en peligro la competitividad del sector español en un mercado bajista como el actual

Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía traslada la indefensión de sus entidades asociadas a la hora de aplicar la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, que obliga a vender siempre por encima de costes de producción, ajena a la realidad del sector agroalimentario en su conjunto, en el contexto de un mercado globalizado, bajista y donde impera la competencia desleal. Este fue uno de los principales temas tratados y analizados por el Consejo Rector, reunido ayer mediante videoconferencia.

Desde la federación se quiere remarcar que la finalidad de las cooperativas es lograr siempre la máxima rentabilidad para todos los agricultores y ganaderos, al fin y al cabo, sus propietarios. Para ello, las cooperativas de todos los sectores (frutas y hortalizas, olivareras, ganaderas, cerealistas, etc.) trabajan todos y cada uno de los días para vender sus productos al mayor precio posible y lograr así el máximo beneficio.

Sin embargo, hay realidades que el Ministerio de Agricultura ha obviado a la hora de configurar esta reforma bienintencionada, pero imposible de llevar a la práctica sin provocar perjuicios mayores al sector agroalimentario español. En primer lugar, las cooperativas agroalimentarias no actúan solas en el mercado, ni tampoco lo hacen en exclusiva con empresas españolas. Las cooperativas ejercen su actividad en un mercado globalizado, con directrices marcadas por Europa y la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde se permiten las importaciones de terceros países, con menores costes de producción y precios de venta más competitivos, como consecuencia del empleo de mano de obra mucho más barata y exigencias medioambientales y de calidad considerablemente más laxas que las de Europa

De hecho, por poner un ejemplo, si un tomate de Marruecos cuesta producirlo 0,15 euros el kilo y uno de España 0,30, ¿qué tomate comprará primero un mercado que va a precio? ¿Qué se hace con los tomates españoles? ¿Esperar a que se pudran para que los compren, una vez se terminen los de la competencia a mitad de precio? ¿Y en cuanto al aceite de oliva? Si el coste de producción de un kilo de aceite de oliva, según el COI, varía entre los 2,05 euros en plantaciones superintensivas y los 3,45 en sistemas tradicionales de alta pendiente de secano, y, además, un kilo de aceite de Túnez vale 1,50 ¿qué puede suponer la aplicación de la Ley de la Cadena en un mercado de volúmenes y claramente excedentario y bajista como el actual? ¿Poner más trabas a la compra de aceite español y marginar al menos rentable?

En segundo lugar, es imprescindible tener en cuenta que las producciones de terceros  países no solo llegan a España sino también a cualquier otro punto del planeta, por lo que aplicar la Ley de la Cadena Alimentaria supone de facto la salida de las producciones españolas de muchos de esos mercados, en los que no podrán competir por precio. Conviene recordar, a este respecto, que el sector agroalimentario español es eminentemente exportador, siendo en la actualidad la cuarta potencia europea en ventas exteriores y la octava del mundo, por lo que el descalabro puede ser mayúsculo.

Por ello, las cooperativas como el resto de las empresas, tienen que operar con inteligencia en los distintos mercados, para que sus resultados globales sean positivos, lo que les lleva a vender a diferentes valores, según los destinos. Además, las realidades de los cientos e incluso miles de socios que tienen algunas cooperativas son completamente dispares; unos socios pueden tener plantaciones tradicionales y poco competitivas, mientras otros pueden disponer de explotaciones tecnificadas y muy eficientes, lo que hace que los costes de producción en unos casos y otros sean radicalmente distintos, a lo que hay que añadir la diferenciación por calidades.

En definitiva, para Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía obligar a vender por encima de costes de producción (lo que habría que determinar en casos como el explicado), no es la solución a los problemas de rentabilidad del campo español y conlleva más perjuicios para el propio sector que beneficios, como pueden ser el fin de las explotaciones menos rentables o el remplazo de los productos españoles por otros más competitivos en los mercados interiores y exteriores, como ocurre en España con el tomate marroquí o se está sufriendo en Estados Unidos a causa de los aranceles.

En conclusión, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía considera esta ley un error mayúsculo en los términos que se ha planteado, al mostrar un desconocimiento total del funcionamiento de los mercados e insta al Ministerio de Agricultura a rediseñarla y trabajar en otras medidas que sí repercutan en la subida de precios, como pueden ser el control de fronteras, la persecución del fraude en el etiquetado, la adecuación de la oferta a la demanda, mecanismos ágiles de almacenamiento y retirada, reestructuración de explotaciones, reconversión varietal, infraestructuras y eficiencia hídrica, fortalecimiento de las estructuras cooperativas, campañas de promoción, impulso a la exportación y ayudas a la internacionalización, gestiones diplomáticas que devuelvan al sector el mercado americano y el ruso, apertura de nuevos destinos, etcétera.

Para finalizar, la federación recuerda al Ministerio que las cooperativas del conjunto de España suponen el 67% de valor de la Producción Final Agraria y el 29% del valor de las ventas netas de la Industria Alimentaria Española (IAA), con una base de productores y productoras que supera el millón de profesionales en todo el territorio nacional y epicentro en la Comunidad Autónoma de Andalucía.

 

Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén destaca el ahorro para los socios derivado de 60 puestos de repostaje

Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén destaca el ahorro para los socios derivado de 60 puestos de repostaje

Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén ha resaltado el ahorro económico para los socios derivado del repostaje en los puestos de carburante instalados en alrededor de 60 cooperativas de la provincia. El gerente de la organización, Antonio Guzmán, ha destacado que este servicio es especialmente relevante en el marco de la actual crisis de precios del aceite de oliva, dado que conlleva una reducción de gastos para el agricultor.

La situación de las instalaciones de venta de carburantes en las cooperativas ha sido analizada hoy en un seminario digital que ha girado en torno a la problemática de las instalaciones de venta de carburantes en las cooperativas. En el acto se han abordado exigencias para las instalaciones desatendidas y atendidas en autoservicio, así como la limitación del suministro a 75 litros y las revisiones e inspecciones.

La fiscalidad a los puestos de repostaje, en concreto la contabilidad de gasóleo bonificado, también ha sido debatida en el seminario, que ha sido inaugurado por la delegada del Gobierno de la Junta en Jaén, Maribel Lozano, quien ha resaltado la importancia de las cooperativas en la “vertebración de nuestros pueblos” y ha expresado su compromiso de apoyo y defensa del sector cooperativo. Los ponentes han sido Javier Cuenca López, jefe provincial de aduanas e impuestos especiales, Enrique Carrión, ingeniero experto en instalaciones petrolíferas, y José Cala Varela, responsable sectorial de suministros de Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén.

La relevancia de la jornada, en la han participado representantes de 50 cooperativas, principalmente de la provincia de Jaén, si bien se han inscrito del conjunto las provincias andaluzas, se deriva de su aportación a las cooperativas para que estén informadas sobre legislación, fiscalidad y funcionamiento de las estaciones de carburantes.

La labor de Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén incide también en aportar importantes servicios a las cooperativas federadas, como el chequeo y el consejero de seguridad. Además, prestas un asesoramiento continuo a los socios y desarrolla jornadas como la de los puestos de repostaje, que redundan en favor de la economía de los agricultores.

 

El gran potencial de los cultivos herbáceos andaluces reside en la agrupación y el volumen

El gran potencial de los cultivos herbáceos andaluces reside en la agrupación y el volumen

Andalucía, al igual que España, es deficitaria en la producción de cereales. En la región, se producen unos dos millones de toneladas, según campañas, y se consume el doble. A pesar de ello, los precios de los cereales se mantienen planos, año tras año, si no a la baja, como ocurre en la actualidad, en previsión de una campaña mundial absolutamente histórica como la que se estima para 2020-2021, con 2.800 millones de toneladas.

Este ha sido el contexto de partida del webinar ‘Perspectivas del sector cultivos herbáceos en Andalucía’, que hoy ha celebrado Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía con la participación de Antonio Catón, director de cereales de Cooperativas Agro-alimentarias de España; Juan Carlos Bermejo, director de la cooperativa Alcamancha y, a su vez, presidente del Consejo Sectorial de Cereales en Cooperativas Agro-alimentarias de España; Arturo Hidalgo, director de Cocereales; Juan Carlos Rodríguez, responsable de Cereal y Materias Primas en Dcoop; Antonio Jesús Quijada, director de Alimentación Animal y Agricultura en Covap; y Gorka Azpilicueta, de la sección de cereales del Grupo AN.

Presentado por el director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi, y moderado por el técnico de Cultivos Herbáceos de la federación, Jorge Díaz, los distintos ponentes han desentrañado las debilidades pero también las potencialidades del sector.

En este sentido, y a riesgo de resultar repetitivo, Toño Catón ha insistido que en un sector de escasos márgenes y enorme competitividad a nivel mundial, como es el de los herbáceos, la búsqueda de rentabilidad pasa por la agrupación y el volumen. “Volumen, volumen y volumen”, ha remarcado en varias ocasiones. “El mercado siempre va a ir a lo más barato; nosotros tenemos que acomodar nuestros costes a lo que demanda y no al revés” y aglutinar volumen es lo que, principalmente, “permite obtener margen en las commodities”.

Situación similar a la de los cereales viven las oleaginosas como el girasol, producción también deficitaria en España, frente a grandes países cultivadores y comercializadores como Ucrania, que marca los precios a nivel nacional. “No es rentable, pero no tenemos alternativa productiva en esta zona de Cuenca”, afirma el director de la cooperativa Alcamancha, quien aporta como soluciones el ajuste de los precios de los inputs y la competitividad en las semillas.

Por su parte, el director de la sevillana Cocereales, Arturo Hidalgo, ha manifestado que el valor de su cooperativa “reside más en la comercialización que en la producción, así como en las sinergias que genera”. Por otra parte, ha valorado que el hecho de ser de los primeros cosecheros a nivel nacional, les permite beneficiarse de mejores cotizaciones. No obstante, “tenemos que continuar sumando volúmenes y trasladar al mercado nuestro valor añadido”.

El guante ha sido recogido por Gorka Azpilicueta, de la sección de cereales del grupo nacional AN, quien ha resaltado el gran trabajo que las cooperativas realizan con respecto al socio y los compradores, en cuestiones como calidad, sostenibilidad y servicio. “Tenemos que ponerlo en valor”, como una ventaja competitiva frente al déficit de oferta y la irregularidad en la producción derivada de las condiciones agroclimáticas singulares.
Otro de los valores destacados en las cooperativas lo ha puesto sobre la mesa el responsable de Cereal y Materias Primas en Dcoop. Juan Carlos Rodríguez se ha referido a la “confianza de los socios” como el mayor activo de una cooperativa. En su opinión, el sector “no puede caer en el conformismo ni en el derrotismo”, sino que tiene que seguir trabajando en dimensión, comercialización, diversificación, tecnología y comunicación.

El ejemplo de diversificación lo ha aportado Covap, cooperativa eminentemente ganadera que en 2006 creó una sección de agricultura y en 2017 entró a formar parte de la empresa Agrovegetal, seleccionadora de variedades de semillas, a fin de controlar y garantizar una alimentación de calidad para los animales de sus socios. En la actualidad, según Antonio Jesús Quijada, director de Alimentación Animal y Agricultura, “es el gran potencial de nuestro modelo”.

Precisamente, el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha destacado la apuesta por la mejora genética que Agrovegetal está liderando desde la región. El trabajo realizado por la empresa obtentora de semillas está consiguiendo adaptar las variedades a las condiciones climatológicas con el objetivo de obtener producciones más rentables.

Otros de los asuntos abordados en la jornada digital han sido la Ley de la Cadena Alimentaria, de difícil aplicación en un mercado bajista y de commodities, como los cereales, o la comercialización en el mercado de futuros, con disparidad de opiniones entre los participantes, pues parece encajar más en países netamente exportadores y no importadores como España. Sin embargo, el 75% de las compras en ganadería se realizan por esta vía, suponiendo también una oportunidad para el sector.