Federación, Olivar
El Grupo Operativo Predic I está desarrollando un innovador sistema tecnológico, con funcionamiento similar al Sigpac y de acceso libre, con el que se pretende poder obtener una predicción temprana de la cosecha del olivar, lo que posibilita tomar las decisiones estratégicas correctas y optimizar los recursos en todas las fases del cultivo y en la comercialización del aceite de oliva.
La inestabilidad climática, la vecería del olivar, así como las plagas y enfermedades son factores que impactan directamente en la producción agraria y que, en cada campaña, generan incertidumbres a los olivareros, a las cooperativas oleícolas y a las industrias almazaras. Pero minimizar las dudas sobre qué cantidad de aceituna o de aceite habrá en el mercado en la campaña venidera ya es posible.
Con un innovador sistema tecnológico que está desarrollando el Grupo Operativo Predic I, con funcionamiento similar al Sigpac y de acceso libre, se pretende poder obtener una predicción temprana de la cosecha del olivar, lo que posibilita tomar las decisiones estratégicas correctas y optimizar los recursos en todas las fases del cultivo y en la comercialización del aceite de oliva.
Este consorcio, conformado por Citoliva, Cetemet, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Nutesca y la Universidad de Jaén, está desarrollando un prototipo tecnológico que sea capaz de anticipar una estimación de cosecha a partir de marzo, cuando toda la campaña está aún por decidirse, ya que el olivo se encuentra en estado fenológico de brotación y aparición de las primeras yemas. Esta primera predicción productiva cuenta con un índice de precisión de entre el 80-90%.
Esta anticipación al mes de marzo supone la mayor innovación de este sistema, ya que, si bien existen en el mercado tecnologías capaces de anticipar cosechas, la gran mayoría se basan en la medida del nivel de polen del olivo, por lo que la predicción se alcanza en los meses de mayo-junio, cuando toda la inversión que tiene que realizar el agricultor o la cooperativa ya está hecha.
El modelo desarrollado por Predic I se basa en Inteligencia Artificial y algoritmos de precisión. Se trata, además, de un sistema vivo, capaz de evolucionar, ya que la retroalimentación del mismo con información de nuevas campañas permitirá generar modelos predictivos cada vez más eficientes y más ajustado a cada zona objeto de estudio.
Pero además de predicción de cosecha, esta tecnología permitirá realizar consultas sobre producciones históricas de las explotaciones, para analizar el comportamiento dinámico del cultivo a lo largo del tiempo.
El Grupo Operativo Predic I ya ha resuelto la implementación de los datos que permitan realizar un mapa de cosecha en cualquier municipio olivarero de Jaén, Córdoba y Granada, tras el estudio de las variables influyentes, a nivel local, en la producción de aceitunas.
Predicción por parcelas
Actualmente, el proyecto se centra en la incorporación de datos históricos procedentes del seguimiento del cultivo por satélite. Además, se está trabajando en mejorar la herramienta para que también sea capaz de predecir las cosechas de aceitunas no sólo por localidades, sino por fincas concretas.
Así, según argumenta Francisco Ramón Feito, catedrático de la Universidad de Jaén y coordinador técnico del proyecto, se ha hecho una selección de 15 explotaciones piloto (cinco en Jaén, cinco en Córdoba y cinco en Granada) con las que se ha llegado a un acuerdo para la toma de datos. En esta línea de trabajo se están realizando vuelos periódicos con drones dotados con sensores térmicos y multiespectrales. El objetivo es enseñar al algoritmo con las variables obtenidas (mediante análisis visual, análisis foliar y de terreno de olivar) para la detección temprana de cosecha a nivel de parcela.
Este proyecto, cuya finalización está prevista en junio de 2024, está financiado a través de los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER) y cofinanciado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícola en el sector del olivar.
Federación
El sector agrario de Andalucía, representado por las organizaciones ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias, se concentrarán el 5 de septiembre en Córdoba, en defensa del modelo social y profesional de agricultura, amenazado por las políticas de la UE, y para exigir soluciones políticas coherentes en materia de cambio climático y seguridad alimentaria, y como respuesta al debilitamiento de la agricultura y la ganadería andaluzas a consecuencia del encarecimiento de los costes de producción, la sequía, la falta de rentabilidad y la creciente competencia desleal de terceros países. Una suma de factores que pone en jaque la soberanía alimentaria de la agricultura andaluza y el futuro de la principal región agraria española.
El campo andaluz aprovechará la celebración de la reunión de los ministros de Agricultura europeos, que contará con la asistencia del comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Janusz Wojciechowski, y dentro del marco de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, para reclamar un cambio en los planteamientos comunitarios que permita proteger el tejido productivo andaluz -y el europeo-, así como la seguridad alimentaria del conjunto de la ciudadanía.
El sector agroalimentario andaluz acumula dos años de estrechos márgenes como consecuencia del encarecimiento de los inputs, que se ha visto agravado por la guerra en Ucrania. El incremento del precio de fertilizantes, fitosanitarios, plásticos, gasoil o electricidad, entre otros inputs, provocó un aumento de los costes de producción superior al 35% en 2022, según datos de Eurostat. Si bien este ascenso se tradujo en un incremento del valor de los alimentos en su origen (por encima del 25%), la realidad es que agricultores y ganaderos continúan trabajando en una situación ruinosa, que ha empujado a muchos de ellos a abandonar sus explotaciones.
Por otro lado, la sequía persistente desde el año 2017 está provocando una caída de la productividad del campo andaluz ante la ausencia de una política hidrológica adecuada a la situación climática.
La pérdida de cosecha por la falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas es especialmente preocupante en sectores como el aceite de oliva, que en un solo ejercicio llegó a disminuir su producción en un 49% -al pasar de los 1.151 millones de toneladas molturados en la campaña 2021-2022 a las 587.000 toneladas, en la 2022-2023-. O en sectores como el de los cereales, en el que se estima una pérdida del 52% de la cosecha, y la ganadería, donde se han disparado especialmente los costes de producción ante la falta de pastos para alimentar a los animales y el encarecimiento de las materias primas por el conflicto bélico.
En este contexto, mientras el sector productor busca la fórmula para mantener la rentabilidad de sus explotaciones, agricultores y ganaderos asisten indefensos a una entrada indiscriminada de alimentos procedentes de países terceros, con normativas medioambientales y laborales más laxas a las que están sujetos los productores europeos. Una llegada de productos que viene, además acompañada de sucesivas alertas sanitarias, encontrándose ya en el canal de comercialización alimentos que no cumplen las normas de seguridad europeas y que son consumidos inevitablemente por la población debido a unos sistemas de control deficitarios.
Por ello, el campo andaluz pide a los ministros europeos de Agricultura un trato igualitario para producciones europeas y de terceros países. En concreto, demanda a los representantes que sean coherentes con sus normas del juego e intensifiquen los controles en frontera para garantizar la entrada de alimentos producidos bajo las mismas exigencias fitosanitarias, laborales y de calidad a las que están sometidos agricultores y ganaderos comunitarios, requisitos que, sin embargo, son totalmente etéreos en un mercado globalizado, señalan las organizaciones convocantes.
Asimismo, recuerdan que la inestabilidad en la que se encuentra el sector agroalimentario andaluz se ve agravada con el nuevo marco normativo de la Política Agraria Común (PAC), forzando un proceso de desestructuración para el que el sistema agrícola no está preparado. Así, las teorías verdes de la ‘De la granja a la mesa’ o la reducción de fitosanitarios y materias activas priman sobre los criterios productivos. Se trata de unas políticas que se aprobaron a espaldas de la principal región productora del territorio español, restando, de esta forma, recursos económicos al campo andaluz, e incrementando la burocracia -en contra de las demandas del sector-, lo que ha supuesto un mayor coste económico y emocional para agricultores y ganaderos.
Ante esta realidad, las organizaciones agrarias y las cooperativas lamentan también que la ausencia de una política hidrológica nacional con criterios técnicos y dotada de presupuesto suficiente para modernizar la red de suministro ponga en jaque un sector que aporta cerca del 10% del Producto Interior Bruto del país.
Por todo ello, y ante la situación de desamparo del campo andaluz, ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía convocan a agricultores y ganaderos el próximo martes, 5 de septiembre, en la Plaza del Triunfo de Córdoba, a partir de las 11:00 horas, para reclamar a los mandatarios europeos un viraje en las políticas agrarias y exigirles que la alimentación, procurada por nuestro sistema productivo, construido sobre la seguridad y la calidad, se convierta en una cuestión de máxima prioridad para la Unión Europea.
Federación, Olivar
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha realizado una misión comercial en Japón para reforzar la internacionalización de la economía social andaluza en el mercado asiático. Durante diez días, una delegación andaluza de cooperativas ha estrechado lazos comerciales con el país, además de conocer su sistema productivo, la estructura de la economía social nipona y el modelo de distribución japonés.
La misión comercial ha estado formada por una parte del Consejo Rector de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, entre los que se encuentran representantes de cooperativas de los principales sectores productivos de la comunidad. Entre ellas, destacan Cocereales, dedicada a la comercialización de cereales y oleaginosas; el grupo multisectorial Dcoop; la productora de hortícolas El Grupo, integrada en Unica Group, la mayor exportadora hortofrutícola; el grupo oleícola Jaencoop; la productora de ibérico y ovino Ovipor; y la cerealista San Dionisio.
Como explica el director gerente de la federación, Jaime Martínez-Conradi, “las misiones comerciales persiguen dos objetivos: afianzar la posición de aquellas cooperativas que ya tienen negocios en el país visitado y abrir un nuevo mercado para aquellas que están explorando nuevos destinos”. Por ello, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía confía en que las relaciones comerciales establecidas durante la misión a Japón den sus frutos a lo largo del año y espera fomentar los acuerdos de colaboración en materia de innovación de variedades y tecnología entre empresas andaluzas y del país nipón, en línea con el trabajo que ya han desarrollado algunas cooperativas federadas en el sector hortofrutícola.
En el caso de Japón, los representantes de cooperativas han conocido las líneas de comercialización del país de la mano de uno de sus principales grupos de distribución (AEON) y de una de las mayores empresas distribuidoras para el canal Horeca del país (Musashiya). La delegación también ha visitado varias explotaciones en las que ha profundizado sobre el modelo de producción japonés, en concreto de invernaderos y de porcino negro.
Durante la misión comercial, los cooperativistas han compartido inquietudes con la organización que representa los intereses de la economía social agraria de Japón, JA Zenchu (Central Union of Agricultural Co-operatives). Además, han mantenido una reunión con el embajador de España en Japón, Fidel Sendagorta Gómez del Campillo, en la que le han trasladado las necesidades comerciales de las cooperativas en el país, como la inclusión de las producciones hortofrutícolas en fresco en los protocolos comerciales.
Mercado en crecimiento
Con este tipo de acciones, las cooperativas agroalimentarias de Andalucía buscan ampliar mercado en un país que consumió cerca de 164 millones de euros en productos agroalimentarios andaluces durante 2022, principalmente aceite de oliva y carne. Japón es, por tanto, el decimotercer destino de las producciones andaluzas y uno de los que mayor evolución ha experimentado en la última década, al incrementar en más de un 70% el valor de las importaciones de alimentos y bebidas de origen andaluz.
El viaje a Japón de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía se ha enmarcado en el proyecto ‘Apoyo a la internacionalización de las cooperativas mediante la ejecución de una misión comercial’. Se trata de una iniciativa respaldada por la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo a través de la línea 4 para la innovación y la competitividad empresarial de la economía social dentro del Programa de Apoyo a la Promoción y Desarrollo de la Economía Social para el Empleo. Además, la federación ha contado con el asesoramiento y el acompañamiento de Andalucía TRADE (antigua Extenda).
Jaén, Olivar, Suministros
Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén, junto a los sindicatos CCOO y UGT, ha solicitado a las administraciones públicas un plan de contingencia para paliar la previsible pérdida de jornales y de rentabilidad a causa de la caída de producción provocada por la prolongada sequía que sufre la provincia.
La falta de precipitaciones, las elevadas temperaturas y el incremento de los costes de producción pronostican una nueva merma en la cosecha olivarera. Según las estimaciones del sector, por segundo año consecutivo, la provincia estará por debajo de las 200.000 toneladas de aceite de oliva producidas, en línea con las 178.524 toneladas molturadas en la 2022-2023. Una caída que no sólo se traduce en menos oferta, sino que supone una amenaza para el sector y, por tanto, para la estabilidad económica de la provincia.
En este sentido, la federación de cooperativas y los sindicatos recuerdan que los olivicultores jienenses dejaron de ingresar más de 1.000 millones de euros en la campaña 2022-2023 por la caída de producción. Además, se perdieron dos millones de jornales, lo que se traduce en 150 millones de euros menos percibidos por las 3.500 personas que conforman la plantilla de la industria oleícola de Jaén. Un menoscabo de la masa laboral que se seguirá produciendo en la campaña 2023-2024, en la que se perderá otro 40% de empleo, según alertan las entidades firmantes.
Ante un escenario dramático desde el punto de vista socioeconómico, las tres organizaciones hacen un doble llamamiento. Por un lado, alientan a la industria cooperativa a acogerse a las herramientas que ofrece la Ley de Sociedades Cooperativas Andaluzas para disminuir los costes de producción. En concreto, apuestan por la adopción de acuerdos intercooperativos para molturar la aceituna cosechada en un único punto, al objeto de equilibrar la rentabilidad de la industria y de la base social en un contexto de estrechez.
Por otro, solicitan a las diferentes administraciones públicas ayudas para paliar los efectos de una nueva campaña de pérdidas, especialmente en materia laboral. Entre sus peticiones, reza la aprobación de mecanismos de protección, como prestaciones de desempleo, para aquellos trabajadores que se vean afectados por la adopción de acuerdos intercooperativos. Además, para las industrias oleícolas demandan una exención de la cuota de la Seguridad Social de aquellas personas incluidas dentro de las citadas medidas extraordinarias. De este modo, pretenden evitar que haya un trasvase de mano de obra agraria a otras actividades económicas de forma permanente.
Asimismo, abogan por facilitar ayudas directas encaminadas a contrarrestar las pérdidas causadas por la sequía en el principal sector económico de la provincia. Entre ellas, ayudas para adecuar el patio de las almazaras que lleguen a acuerdos intercooperativos para posibilitar la conducción de la aceituna desde la báscula de pesaje al medio de transporte que trasladará el fruto a la otra cooperativa; ayudas para la contratación de seguros, tanto para la industria como para aceite almacenado; bonificaciones en los contratos energéticos y tarifas eléctricas; la exención del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI); reducciones fiscales, en general, como la rebaja de la carga impositiva de los carburantes, abonos y fitosanitarios; o ayudas al almacenamiento de aceite de oliva, en el marco de acuerdos intercooperativos, entre otras.
En relación al empleo, se solicita que los trabajadores fijos-discontinuos que no se incorporen puedan acogerse a algún tipo de cobertura o medida de prestación de desempleo; negociar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de fuerza mayor, así como que los trabajadores afectados por estos ERTE puedan acceder al desempleo sin que sea necesaria cotización mínima y el tiempo disfrutado una vez finalizado el ERTE no consuma tiempo de prestación, o sea, contador a 0; todo ello, acompañado de un plan de formación.
Todas estas peticiones ya han sido trasladadas a la Administración en una serie de encuentros. En concreto, cooperativas y sindicatos se han reunido con la subdelegada del Gobierno de España en Jaén, Catalina Madueño; con el delegado de la Junta de Andalucía en Jaén, Jesús Estrella; y con el presidente de la Diputación, Francisco Reyes.
Como concluyen Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén, CCOO y UGT, este plan de contingencia pretende salvaguardar el futuro del sector oleícola y el de las cooperativas, como centro del tejido productivo, económico y social de la provincia. Un modelo de empresa fundamental para el desarrollo del territorio, ya que las 160 cooperativas agroalimentarias federadas se reparten por 95 de los 97 municipios jienenses. No obstante, insisten en que para conseguir un olivar rentable, social y rejuvenecido es necesario el apoyo de la Administración.
Federación
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y la Fundación “la Caixa”, a través de CaixaBank, han firmado un convenio para impulsar el conocimiento de la economía social agraria, fomentar la incorporación de jóvenes y mujeres al modelo y reforzar la competitividad de las cooperativas y sus socios.
Con este nuevo acuerdo, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y CaixaBank amplían las acciones que han realizado desde hace cinco años para respaldar y potenciar el crecimiento económico y social del sector agroalimentario andaluz.
La estrategia planteada por ambas entidades se articula a través de ocho convenios (uno por provincia) que han sido rubricados en Málaga por el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Fulgencio Torres; el director territorial de CaixaBank en Andalucía, Juan Ignacio Zafra; y el delegado de la Fundación “la Caixa” en Andalucía, Juan Carlos Barroso.
Lo harán a través de tres líneas de trabajo. La primera de ellas está enfocada a la difusión de los valores cooperativos y económicos del cooperativismo agroalimentario entre las generaciones más jóvenes. Para ello se han planteado dos tipos de actividades: una dirigida a colegios y otra, a centros de secundaria.
En el caso de los colegios, la federación, en colaboración con sus cooperativas, realizará una actividad lúdico-formativa en una decena de centros escolares de toda Andalucía para trasladar las bases de la economía social agroalimentaria y los beneficios nutricionales de los alimentos de origen cooperativo. Por otro lado, la organización realizará una serie de talleres de empleabilidad dirigidos al alumnado de 4º de ESO y 1º de Bachillerato, en los que se contempla la visita a cooperativas federadas, para mostrar el amplio abanico laboral que hay dentro de una entidad de economía social.
La segunda línea del convenio se centra en el fomento de la pluralidad del modelo cooperativo. Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y la Fundación “la Caixa”, a través de CaixaBank, buscan impulsar la incorporación de jóvenes y el acceso a los órganos de representación de las cooperativas, donde los profesionales menores de 41 años representan el 12% de la base social. Dentro del acuerdo, se plantea la organización de cuatro encuentros interprovinciales para favorecer la transferencia de conocimiento entre las nuevas generaciones de agricultores y ganaderos, así como entre las cooperativas participantes.
Por otro lado, y en consonancia con el trabajo realizado en los últimos años para impulsar la promoción laboral y representativa de la mujer dentro del modelo, la federación organizará dos campus de mujeres cooperativistas con el apoyo de CaixaBank. Estos encuentros tendrán un espacio teórico, enfocado en la adquisición de habilidades de liderazgo, y otro práctico, en el que se mostrarán los últimos desarrollos tecnológicos para favorecer la modernización de las explotaciones agrarias.
Por último, la tercera línea de este acuerdo está dirigida a mejorar las competencias de la base social de las cooperativas a través de la formación, ya sea en cuestiones agronómicas y de manejo ganadero, o bien a través de jornadas para informar sobre los cambios normativos.