Ya lo anunciábamos a primeros de año y se ha confirmado. Las inclemencias meteorológicas de enero, con atípicos temporales de lluvia y viento que arrasaron numerosos invernaderos, y el incremento del IVA en 13 puntos –del 8% al 21%- han tenido como consecuencia una mala campaña en calidad, cantidad y precio.
Como resultado, el valor medio del clavel y el miniclavel, cultivos principales, ha bajado ligeramente con respecto a la campaña precedente y cerca de un 25% en relación a la 2010-2011.
La Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (FAECA) recuerda que nos encontramos ante un cultivo en claro retroceso. De hecho, mientras a principios de los años 90 se contabilizaban 1.300 hectáreas en toda Andalucía, en la actualidad difícilmente quedan 200, repartidas por las provincias de Cádiz y Sevilla, una superficie que puede mermar, aún más, si no se pone freno a la falta de rentabilidad de un sector que carece de subvenciones comunitarias, a pesar de su carácter social, y cuya demanda está estrechamente ligada a la evolución económica.
Tanto es así que la crisis de la flor cortada no es exclusiva de Andalucía y España, sino que está afectando también a productores europeos, los cuales, sin embargo, gozan de tipos impositivos más bajos, dada la naturaleza agraria del cultivo, su vulnerabilidad, y la ausencia de ayudas: Bélgica y Holanda (6%), Alemania y Francia (7%), Italia (10%) o, la más afortunada, Suiza (2,5%).
Precisamente, para tratar de modificar el IVA introducido por la reforma fiscal en vigor desde el 1 de septiembre de 2012, el Grupo de Trabajo de Flor Cortada de FAECA ha estado trabajando a nivel del Gobierno regional y nacional, llegando a lograr la presentación de una moción en el Senado por la que se instaba a recuperar el tipo reducido para el sector de flores y plantas ornamentales, único ligado a la actividad agraria al que se aplica el tipo general.
La moción no prosperó y es ahora la voz de agricultores y cooperativas agrarias en la Unión Europea, el Copa-Cogeca, a través de su Grupo de Trabajo de Flores y Plantas, el que ha elevado a la Comisión de Agricultura una propuesta de medidas específicas, entre las que se encuentra un apartado de reducción de costes, que hace especial hincapié en los efectos negativos de la subida del IVA sobre el consumo, recordando que el incremento en Francia, durante los años 90, condujo a una importante reducción de empleos y exportaciones en el sector.
Asimismo, se centra en otras necesidades del cultivo como son nuevas herramientas para garantizar su sanidad a precios razonables, inversión en estrategias de promoción innovadoras que lleguen, principalmente, a los jóvenes y la inclusión del sector en los programas comunitarios de investigación, desarrollo tecnológico e innovación, a fin de mejorar su competitividad.