Organizaciones agrarias, cooperativas, desmotadoras y productores de semillas exigen al Ministerio de Agricultura que autorice la aplicación del Tidiazurón mientras se completa un nuevo proceso de registro en el listado de sustancias autorizadas.
El sector no puede seguir soportando las pérdidas que genera la falta de autorización de esta sustancia, de ahí que haya decidido emprender, de forma conjunta, el complejo proceso de inclusión en el listado de la UE, pero mientras esto se produce necesita que el Ministerio deje de negar las autorizaciones provisionales, en una clara apuesta por los intereses de las industrias químicas frente al interés general y a la apuesta por la calidad que ha realizado el sector. Si esta actitud persiste, se convocarán movilizaciones.
Igualmente criticable es la actitud de la Consejería de Agricultura que, en lugar de abanderar la petición del conjunto de un sector que se radica mayoritariamente en Andalucía, ha realizado un estudio cuyas conclusiones son claramente tendenciosas y que vuelve a perjudicar los intereses de los productores, cooperativas, desmotadoras y productores de semillas. Efectivamente, las conclusiones trasladadas por la Consejería de Agricultura al Ministerio, en las que se minusvaloran incomprensiblemente los beneficios del Tidiazurón y se exhorta a los productores a aprender a manejar mejor las sustancias alternativas, revelan también una defensa clara del interés de las industrias químicas.
Hay que recordar que el Tidiazurón no es un producto nocivo. Si actualmente no está incluido en el listado de la UE es porque terminó el periodo de patente y se ha convertido en un genérico, con lo que no hay ninguna empresa que pida y promueva su inclusión. Pero se usa en todo el mundo con absoluta normalidad. Su alta efectividad y su rápida acción defoliante permite adelantar entre 10 y 15 días el inicio de las recolecciones, lográndose también una mejora de la calidad de la fibra sin provocar merma en la producción.
Por ello, el conjunto del sector lleva años solicitando esas autorizaciones puntuales, con escaso éxito: sólo en 2011 se obtuvo el permiso del Ministerio para aplicar el Tidiazurón, lo que tuvo como consecuencia una notable mejora de la valoración de la fibra de algodón española en los mercados internacionales, facilitando su exportación a mercados altamente exigentes, con el consecuente incremento del valor añadido.
En las posteriores campañas, el Ministerio ha hecho oídos sordos a la petición del sector, justificando su negativa en que ya existen sustancias autorizadas para la defoliación del algodón. Estas supuestas alternativas, patentadas por empresas muy potentes, no sólo resultan bastantes más caras, sino que plantean inconvenientes importantes: queman la planta reduciendo la producción ydesecan las hojas sin que éstas lleguen a caer, por lo que se incrementa de forma considerable el porcentaje de impurezas, depreciándose la calidad de la fibra obtenida.
En definitiva, no existen alternativas reales al Tidiazurón, al menos no para el 80% de las explotaciones de algodón andaluzas, que por las lluvias de otoño son obligatoriamente de temprana y media estación y, por tanto, han de cosecharse lo antes posible para reducir la cantidad de impurezas. El empecinamiento en negar su utilización sólo se entiende si se anteponen los intereses de las grandes industrias químicas a la defensa del interés general y del sector.
El sector del algodón lleva años trabajando para mejorar las condiciones del cultivo, y se han logrado grandes avances: la producción integrada andaluza es un referente en calidad del producto y también desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental, con importantes inversiones en modernización y una drástica reducción del uso de insumos (eliminación de plásticos, 60% menos de tratamientos fitosanitarios, 40% menos de fertilizantes, 40% menos de uso de agua). Ese esfuerzo se ve truncado por la falta de sensibilidad de las administraciones, que no dan respuesta a las necesidades del sector.
“Organizaciones agrarias, cooperativas, desmotadoras y productores de semillas estamos dispuestos a poner en marcha el complicado proceso para obtener una nueva inclusión del Tidiazurón en el listado de sustancias autorizadas. Pero mientras tanto el Ministerio como la Consejería no pueden seguir dando la espalda al sector. Les pedimos que cambien su actitud, nos escuchen y apoyen nuestra apuesta por la calidad, supeditada en gran medida al empleo del Tidiazurón. En caso contrario, iniciaremos un calendario de movilizaciones”, concluyen.
Esta nota ha sido firmada por ADESUR (Asociación de Representantes de Desmotadores del Sur), AEDA (Agrupación Española de Desmotadores de Algodón), APROSE (Asociación Profesional de Empresas Productoras de Semillas Selectas), las organizaciones agrarias Asaja, Coag, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía.