Tan sólo una semana después del anuncio oficial del veto ruso las consecuencias ya se observan en algunos mercados, donde el precio de los productos frescos ha disminuido considerablemente. Por tanto, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía alerta del efecto psicológico generado por la prohibición, si bien ha constatado que las primeras producciones de hortícolas ya se están resintiendo.
Dado que el veto a la importación de productos agroalimentarios de la Unión Europeano se aplica a aceite de oliva, aceitunas y vino, el sector más afectado, en el caso andaluz, es, sin duda, el hortofrutícola, que viene a representar el 60% de las exportaciones agroalimentarias al país del Este, seguido del cárnico, con el porcino a la cabeza. Concretamente, y por este orden, la prohibición impacta directamente en las producciones de frutas de hueso, tomate, cítricos y pepino, entre otras.
A pesar de que Rusia no es uno de los principales países compradores de productos andaluces, su demanda había aumentado considerablemente en los cinco últimos ejercicios, a razón del 30% anual, y estaba consolidándose como un mercado muy importante, con más de 140 millones de habitantes y un nivel adquisitivo en auge.
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía considera que las consecuencias del veto ruso se agravarán con la generalización de las campañas hortícolas y las próximas producciones de frutas, que previsiblemente saturarán los mercados europeos con el consiguiente descalabro de precios.
No en vano, la Comisión Europea cifra en 5.250 millones de euros el coste económico de la prohibición rusa a los productos agroalimentarios comunitarios, de los que 338 corresponderían a España y unos 75 a Andalucía, según los datos de comercialización de 2013.
En este escenario, el sector cooperativo hortofrutícola valora positivamente que el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, haya anunciado medidas a fin de reforzar las ya previstas para el melocotón y la nectarina (previamente en crisis), incrementando del 5% al 10% la retirada subvencionada de producto para distribución gratuita, adoptando otras excepcionales para los productores no socios de Organizaciones de Productores (OP) y destinando más recursos económicos para promoción en el marco de los Programas Operativos (PO).
No obstante, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pide a las administraciones que sigan muy de cerca la evolución de los mercados en los próximos meses para valorar objetivamente las consecuencias de la crisis y buscar fórmulas de compensación a agricultores y cooperativas afectadas por el cierre del mercado ruso, haciendo extensible las medidas adoptadas a aquellos productos que se revelen perjudicados.
Finalmente, esta organización traslada su preocupación por el hecho de que, a medio y largo plazo, Andalucía, España y Europa pueden estar perdiendo un mercado que, como hemos referido, venía creciendo considerablemente y que aspiraba a convertirse en un destino de suma importancia para las producciones andaluzas de calidad, ya que si en el tiempo que dure la prohibición países latinoamericanos o africanos toman posiciones en las plazas rusas será muy difícil si no imposible recuperar la comercialización y, aún más, incrementarla.