Iniciada la nueva legislatura, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía pide al nuevo Gobierno regional compromiso con el sector agroalimentario andaluz, el cual ha demostrado su fortaleza en los últimos años y en las peores coyunturas, adaptándose, transformándose, innovando e internacionalizándose, siendo en la actualidad la locomotora de las exportaciones en la comunidad autónoma y en España.
La federación insta, además, a situar a las cooperativas en el centro de la interlocución, siendo representantes no sólo del sector productor –con más de 290.000 agricultores y ganaderos en su base societaria-, sino también de la rama industrial, contabilizándose dentro de la organización 665 cooperativas, las cuales facturaron más de 8.500 millones de euros en el último ejercicio cerrado, una cifra que supone en torno al 5,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía.
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía representa, por tanto, a la práctica totalidad de las cooperativas del sector en la región y al 25% de la industria agroalimentaria de Andalucía, un peso que, en opinión de la federación, el nuevo Gobierno de Andalucía debe valorar en cuestiones de interlocución, en los distintos foros relacionados con la agricultura, la ganadería, la agroalimentación, la economía y la economía social de esta comunidad autónoma.
Desde la organización de cooperativas, se considera que se debe seguir avanzando e impulsando este sector clave, así como continuar trabajando en normas importantes y de gran envergadura alcanzadas por consenso en la anterior legislatura, tales como el proyecto de Ley de Agricultura y Ganadería, al tiempo que mantener la posición y el espíritu de unidad de la declaración institucional para la defensa de la mejor PAC para Andalucía.
Por otra parte, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía considera básico continuar promoviendo e incentivando la integración del sector productor, a través de las cooperativas, así como la dimensión empresarial, a través del fomento de los procesos de integración y fusión, tal y como se recoge en la medida 42 del acuerdo de gobierno, una cuestión clave de competitividad.
La apuesta por la I+D+i, orientando el trabajo a la investigación aplicada y la transferencia tecnológica, y la internacionalización, no sólo mediante acciones de promoción sino de un modo muy importante mediante el apoyo a la creación de plataformas comerciales en el exterior, son otros dos aspectos que desde la federación se consideran claves en el desarrollo del sector agroalimentario andaluz.
El apartado de internacionalización merece especial atención en un contexto que viene marcado por la incertidumbre en torno a la resolución del Brexit o los aranceles impuestos por Estados Unidos a la exportación de aceituna negra española, con un cierre de fronteras ruso todavía latente. A pesar de ello, Andalucía exportó en 2017 (último ejercicio cerrado) productos agroalimentarios por valor de 10.937 millones de euros, suponiendo el 23,4% de todas las ventas exteriores españolas del ramo y el 35% del conjunto de las exportaciones de la región por delante de los sectores tecnológico o aeronáutico.
Asimismo, el nuevo Gobierno de Andalucía debe trabajar para garantizar el relevo generacional tan necesario, posicionándolo como una alternativa atractiva y facilitando la incorporación tanto de jóvenes como de mujeres al sector agrario, para lo que resultaría básico reducir la carga burocrática sobre él o proponer mecanismos que agilicen los distintos y tediosos trámites. Tampoco puede olvidarse de las agricultoras y ganaderas, que en los últimos años hemos logrado visibilizar, con el esfuerzo de Administración, organizaciones y cooperativas, quienes constituyen una fuente de talento que debemos seguir trabajando para incorporar a los órganos de decisión de las cooperativas, a través de la sensibilización y la formación.
En cuanto a los sectores agrarios, resulta prioritario trabajar en un plan hídrico para Andalucía, pues el agua es sinónimo de competitividad, existiendo diferencias muy notables entre unas provincias y otras, y entre regiones colindantes. Por ello, el Pacto Andaluz por el Agua, recogido como medida 46 del acuerdo de gobierno, debe incorporar garantía de suministro para todos los sectores, promover la eficiencia en el uso de los recursos, mediante obras de modernización, y un reparto justo entre los territorios.
Reconvertir olivares de secano poco productivos, seguir modernizando invernaderos e innovando en reconversión varietal, estudiar planes de choque para sectores como el vino, que desde 1980 ha perdido el 75% de su superficie de producción en la región, y buscar soluciones de futuro para sectores en crisis, como la fruta de hueso, o con precios preocupantemente bajos, como los cereales, son otras cuestiones que, en opinión de la organización, el nuevo Gobierno debe incluir en agenda. En cuanto a los sectores ganaderos, temas sanitarios como la lucha contra la tuberculosis bovina, con niveles altísimos de prevalencia, así como trabajar por el mantenimiento de la dehesa y la lucha contra la seca de la encina, son temas fundamentales.
Finalmente, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía insta al nuevo Gobierno a mantener el consenso alcanzando en el sector en torno a la reforma de la PAC post-2020 y a lograr la mejor reforma para Andalucía, que debe pasar por el mantenimiento del presupuesto, por reforzar las organizaciones de productores y a las cooperativas como su principal expresión, y por incorporar mecanismos de regulación de mercado, que permitan al sector hacer frente a situaciones de crisis. Todo ello, poniendo en valor a esta comunidad autónoma, líder en el sector agrario y agroalimentario en el conjunto de España.