El inicio de la campaña oleícola 2021-2022 estará marcado por el bajo enlace europeo, que según las previsiones de la Comisión Europea, a 30 de septiembre, será de 394.000 toneladas, un 37% menos que en el ejercicio precedente y el menor de las últimas cuatro campañas. Una menor disponibilidad que también se dará en España, donde el enlace también será un 24% menor a la campaña anterior y el más bajo de los últimos cuatro ejercicios. Así, según las estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, al cierre de septiembre, el enlace de aceite de oliva en España será de 378.000 toneladas.
Por tanto, “las escasas existencias en Europa beneficiarán a España, que acumulará el 95% de las toneladas”, señala el presidente del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva, Cristóbal Gallego, quien se sustenta en los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura.
Este hecho, unido a la menor disponibilidad de aceite de oliva en el resto de Europa y países terceros durante la campaña 2020-2021, se traduce en una ventaja para el sector oleícola nacional al inicio del ejercicio. “Los compradores solo podrán acudir al mercado español para comprar aceite de oliva en los meses de septiembre y octubre, ya que será el único país productor con stock suficiente para comercializar, y previsiblemente se traducirá en un incremento de las exportaciones del aceite de oliva con Marca España en los mercados internacionales”, recalca Cristóbal Gallego.
En definitiva, “si se tienen en cuenta las previsiones del inicio de la próxima campaña y se considera el ritmo de salidas del presente ejercicio, sin duda este 2020-2021 lo cerraremos con hitos históricos en materia de comercialización”, subraya el presidente sectorial. Desde el inicio del ejercicio (hasta junio) se han vendido más 1.276.000 toneladas, un 5,5% más que en la 2019-2020 y un 14,1% más respecto a las últimas cuatro campañas. Es decir, en la actual campaña se han registrado salidas medias mensuales superiores a las 142.000 toneladas, “todo un récord en ventas”, subraya Cristóbal Gallego.
Los buenos indicios en el ámbito comercial contrarrestan la preocupación de los productores andaluces por el comportamiento hostil de la meteorología para el sector. Según el balance climatológico de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), “el mes de julio, aunque no es un mes que se caracterice por las lluvias, no sólo fue uno de los más cálidos de los últimos años, sino que fue el tercero más seco del siglo XXI”, explica el presidente sectorial. Las precipitaciones en Andalucía se situaron por debajo del 25% de la media, al igual que en Extremadura y Castilla-La Mancha, dato que se suma al déficit hídrico registrado a lo largo del ejercicio y que ha dejado los embalses de la cuenca del Guadalquivir con una disponibilidad de agua embalsada del 32,2%, en torno a un 30% por debajo de la media.