El sector agrario andaluz, representado por Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, retoma con fuerza las movilizaciones ante la grave crisis generada por el indiscriminado aumento de los costes de producción, que están lastrando la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la comunidad autónoma. Las organizaciones agrarias y cooperativas han reforzado la unidad de acción en un momento crítico para el sector agrario y ganadero y han anunciado que volverán a salir a la calle, el próximo día 21 de diciembre en Córdoba, y el 20 de enero de 2022 en Sevilla, para concienciar a la sociedad de los problemas de rentabilidad que sufre el sector y para exigir a las administraciones medidas que palíen la crítica situación por la que atraviesan los productores andaluces.
Ricardo Serra, presidente de ASAJA Andalucía; Miguel López, secretario general de COAG Andalucía; Cristóbal Cano, secretario general de UPA Andalucía; y Juan Rafael Leal, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, han comparecido esta mañana en rueda de prensa para anunciar las movilizaciones y para denunciar los graves problemas generados por el abusivo aumento de los precios de todos los inputs y por el varapalo que la reforma de la PAC va a suponer para Andalucía. Un calendario en el que no se descarta que las protestas lleguen no solo a Madrid sino también a Bruselas o Estrasburgo coincidiendo con reuniones de los ministros de Agricultura de la Unión Europea.
Las organizaciones agrarias y cooperativas han dejado muy claro que los costes de producción se han disparado para los agricultores y ganaderos a niveles nunca vistos. Los piensos para el ganado se han encarecido un 30% en el último año. También son más caras las semillas (+20%); los abonos (+150%); el agua (+33%) o los plásticos que se utilizan en los cultivos de invernadero (+46%). Pero las subidas más espectaculares son las que afectan al gasóleo que usan los tractores (+73%) y a la energía eléctrica (+270%). También, el SMI ha subido un 29,7% en los últimos tres años.
Mientras esto ocurre, los alimentos siguen encareciéndose en la cesta de la compra para los consumidores, que pagan más por los productos que adquieren. Un aumento de precios que, sin embargo, no repercute en los agricultores y ganaderos, el primer eslabón de la cadena alimentaria, que ven cómo se incrementan sus pérdidas porque ni siquiera cubren los costes de producción con la venta y además verán mermada sus rentas con el recorte severo de la nueva PAC. De ahí que reclamamos a las administraciones medidas que reviertan esta situación al objeto de que los agricultores y ganaderos tengan precios que les permitan vivir dignamente de sus explotaciones.