Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha celebrado hoy en Sevilla una jornada en la que se ha analizado la situación del sector apícola en la comunidad andaluza y se ha puesto de manifiesto que el modelo cooperativo es un trampolín para la dinamización del sector y para la mejora de su competitividad.
“Andalucía siempre ha sido un referente en la producción de miel”, ha destacado el director gerente de la federación, Jaime Martínez-Conradi durante la inauguración. De hecho, hace apenas cinco años era “la comunidad líder” con más de 624.000 colmenas y una recolección de 7.377 toneladas de miel.
El 20% de las colmenas se situaban en territorio andaluz, según datos del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, en 2021, el ataque del parásito varroa y del abejaruco, entre otros factores, han mermado la cabaña apícola andaluza y, como consecuencia, “la comunidad ha perdido su liderazgo, arrebatado por Extremadura”.
Por otra parte, “es paradójico que una producción que se caracteriza por el trabajo en equipo de las abejas esté tan atomizada en su transformación y comercialización”, ha denunciado el directivo de la federación, que ha instado a que este encuentro sirva de acicate para crear secciones específicas apícolas en diferentes cooperativas andaluzas, con el propósito de fomentar la concentración de la oferta y hacer esta actividad más organizada, profesional y rentable.
Por su parte, el presidente del Consejo Sectorial Apícola de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, José Luis Pajuelo, se ha referido a la difícil situación actual del mercado, en situación de “parálisis total”, y ha hecho hincapié en la importancia de las ayudas para la subsistencia del sector.
La inauguración ha contado también con la participación de la directora general de Industrias, Innovación y Cadena Agroalimentaria de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Cristina de Toro, quien ha resaltado el peso del sector en la comunidad y ha apuntado que la Consejería está ya trabajando en la llamada ‘Medida 23’ del próximo Programa de Desarrollo Rural (PDR) para apoyar a los agricultores frente a la sequía. A este respecto, ha añadido que “se está estudiando” que el sector apícola sea uno de los beneficiados con estas ayudas.
A continuación, han dado comienzo las ponencias. La primera ha versado sobre el Plan Nacional Apícola en Andalucía, a cargo de Juan José Soler, subdirector de Gestión y Control Integrado de Ayudas de la Consejería de Agricultura, quien ha disertado sobre la ejecución del programa actual (2020-2022) y sobre la nueva normativa.
Respecto al plan todavía vigente, entre cuyos objetivos está mejorar la rentabilidad de las explotaciones en equilibrio con el medio ambiente, ha señalado que se han otorgado casi 3,4 millones de euros en ayudas en 2022. Además, el representante de la Administración ha anunciado que la Consejería prevé sacar una nueva convocatoria de ayudas dentro de la prórroga del programa 2020-2022 en los últimos días de este mes de diciembre, con un presupuesto de 1,6 millones de euros. Presupuesto que se ha considerado “escaso” por el sector.
En cuanto al nuevo Plan Apícola Nacional 2023-2027 (que se va a regular por el Reglamento 2021/2015, donde se recogen las intervenciones sectoriales), ha informado que los requisitos de admisibilidad para acceder a estas ayudas son prácticamente los mismos que hasta ahora. Por tanto, el nuevo programa es “continuista”, ha señalado Juan José Soler.
Nuevas leyes
Sobre las novedades legislativas en el ámbito sanitario apícola que está en debate a nivel nacional ha hablado Victorio Manuel Collado, del departamento de Ganadería de Cooperativas Agro-alimentarias de España.
En primer lugar, el técnico ha señalado las obligaciones que pueden llegar a las fincas ganaderas. Entre ellas, que en las explotaciones apícolas, los titulares tengan que designar a un veterinario de explotación, que tendrá una serie de obligaciones, como redactar un plan sanitario integral y realizar las visitas zoosanitarias.
Respecto al plan sanitario, la normativa (todavía en fase de borrador) indica que tiene que incluir un plan de vigilancia de parásitos, la toma de muestras frente a enfermedades o un plan de uso racional de medicamentos y la eliminación de residuos, entre otros aspectos, además de un listado de actuaciones relacionado con la higiene y la bioseguridad. En este sentido, el técnico ha señalado que “estos aspectos no se adaptan a las particularidades del sector apícola”, por lo que ha advertido de que “podrían surgir problemas especialmente para las colmenas trashumantes”.
Igualmente, ha señalado que los movimientos de los animales, incluido el de las abejas, deberán ir acompañados por un documento, en el que se incluyan los datos de la explotación de origen y de destino, el tipo de transporte, etc. Además, cada movimiento tendrá que tener un certificado sanitario con una validez de siete días, algo “prácticamente imposible en un sistema de trashumancia apícola”.
En cuanto a las novedades en torno a la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, ha explicado que podría regularse que el veterinario deba ir a cada colmenar para hacer una receta con la que el titular de la explotación pueda comprar los antiparasitarios.
Mesa redonda
La situación de las cooperativas apícolas en España ha sido abordada en una mesa de reflexión en la que han participado José Luis Pajuelo, presidente de la cooperativa sevillana Sierras Andaluzas; José Antonio Babiano, presidente de Euromiel, sociedad cooperativa de segundo grado; y Manuel Martínez, vicepresidente de la Sociedad Cooperativa Apícola de España.
El primero en tomar la palabra ha sido José Antonio Babiano, quien ha denunciado que en 2021 las importaciones han ascendido a 30.000 toneladas de miel a un precio medio de 2,33 euros, cuando el Ministerio cifró en marzo de 2021 -antes de la subida imparable de todos los inputs- el coste medio para los apicultores españoles en 2,91 euros, por lo que “se está importando miel por debajo de nuestros costes de producción”, ha recalcado.
El presidente de Euromiel ha lamentado, igualmente, la falta de herramientas del sector apícola para afrontar situaciones de crisis de mercado, entre ellas, el almacenamiento privado en caso de un exceso de oferta, que está a disposición de productos como el aceite de oliva pero no de la miel, pese a ser también un producto no perecedero.
Respecto a las ayudas de la intervención sectorial ha criticado que, pese a que están concebidas para mejorar la comercialización, “las estamos usando para compensar la subida de nuestros costes de producción y evitar el cierre de las explotaciones”, pero en comercialización “no se está avanzando”.
En este sentido, ha echado en falta un observatorio de precios del sector, “que permita a las cooperativas fijar tendencias en las cotizaciones”. Igualmente, ha lamentado la falta de una organización interprofesional apícola. Una herramienta de diálogo y participación, válida en la interlocución con el Ministerio y que permitiría hacer promoción. En este sentido, ha subrayado que “no necesitamos una explosión del consumo de miel, sino un hábito de consumo”, es decir, “que se use la miel española de manera generalizada como edulcorante, por ejemplo”.
Por su parte, José Luis Pajuelo ha lamentado que los productores españoles no sean capaces de “producir a casi dos euros, que es el precio al que está entrando la miel china”, y ha puesto el acento también en el consumidor, y en la responsabilidad del sector por no ser capaz de “concienciarlo para que consuma el producto nacional, de mucha mejor calidad”. En este sentido, ha hecho un llamamiento a repensar en cómo se pueden invertir mejor los recursos del sector en beneficio de la apicultura andaluza y española.
La autocrítica más feroz la ha entonado Manuel Martínez, quien se ha quejado de que los apicultores “sólo se acuerdan de Santa Bárbara cuando trona”, ya que “los cooperativistas sólo nos unimos cuando hay crisis de precios”. A este respecto, ha subrayado que “si queremos que las cooperativas tengan un peso específico, hay que trabajar juntos y dentro del modelo”. “Si somos capaces como cooperativa de hacernos valer, el sector tiene mucho futuro”. Pero “hay que implicarse más y quejarse menos”. Por ello, ha instado al sector a trabajar con objeto de ganar autoridad para “poner los puntos sobre las ies”.
La última ponencia de la jornada ha corrido a cargo de Xesús Feás, académico de número de la Academia de Ciencias Veterinarias de Galicia. Su intervención ha comenzado con una afirmación: “Si no hay insectos, el mundo colapsa”, y ha centrado su discurso en la problemática de la avispa oriental y en otras avispas invasoras. Entre ellas, el avispón asiático, que está causando daños en explotaciones apícolas de la provincia de Málaga (Coín, Mijas, Alhaurín el Grande…) desde que se detectó en 2017.
El avispón es “un depredador masivo de abejas”, ha alertado el experto, quien ha señalado que estas especies invasoras, junto a la modificación de los hábitats, son las mayores causas de la pérdida de la biodiversidad.
Esta jornada se enmarca en el proyecto ‘Dinamización del sector apícola y de plantas aromáticas mediante modelo cooperativo’, que financia la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía a través del Programa de Apoyo a la Promoción y el Desarrollo de la Economía Social para el Empleo.