Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha celebrado hoy el webinar ‘Impacto del Covid-19 en el cooperativismo agroalimentario’, que ha reunido a profesionales de diferentes sectores como han sido el presidente de la cooperativa granadina La Palma, Pedro Ruiz García; el director de Oleoestepa, Álvaro Olavarría Govantes; y el presidente de Ovipor, Agustín González Sánchez. Además, el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente, ha aportado su visión general de la crisis, en un encuentro que ha sido inaugurado por el presidente de la federación, Juan Rafael Leal Rubio, y la directora general de Industrias, Innovación y Cadena Alimentaria, Cristina de Toro Navero.
Juan Rafael Leal Rubio ha dado la bienvenida y ha introducido la jornada digital, cuyo objetivo ha sido aportar las claves sobre cómo el coronavirus está afectando al sector y sobre cómo influirá en el corto y medio plazo, “tanto en modos de producción y distribución, como en exportación o rentabilidad para el agricultor y ganadero”. Por su parte, Cristina de Toro Navero ha iniciado su intervención felicitando al sector por el trabajo de los últimos meses y subrayando que la actividad agroalimentaria ha sido “el colchón ante la crisis”. Igualmente, ha puesto de relieve la interlocución constante con Cooperativas Agro-alimentarias y las organizaciones del sector, en un contexto de total incertidumbre, a fin de consensuar medidas y elevar propuestas, tanto al Ministerio de Agricultura como a la Comisión Europea, muchas de las cuales han tenido su materialización.
Posteriormente, se ha dado inicio a una mesa redonda moderada por el director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi Álamo, en la que se ha analizado el impacto del coronavirus de la mano de una cooperativa hortofrutícola, una oleícola y otra ganadera.
El presidente de La Palma ha dado cuenta de las numerosas inversiones realizadas en medidas para garantizar la seguridad de sus 1.300 trabajadores y sus cerca de 700 socios (toma de temperatura, distancias de seguridad, mamparas de protección, fabricación de 15.000 mascarillas con medios propios, etc.). Igualmente, ha hablado de la implementación de nuevos protocolos de trabajo y el control de su cumplimiento por parte de todos. A nivel de comercialización, Pedro Ruiz García ha destacado que, en el caso de La Palma, no han notado los efectos del Covid-19, puesto que sus ventas se centran principalmente en grandes superficies y en mercados exteriores, por lo que los problemas “han sido los habituales en esta época del año”.
Por su parte, Álvaro Olavarría Govantes, de Oleoestepa, asegura que las medidas de seguridad se han adoptado con normalidad y sin grandes dificultades, especialmente porque la campaña de recolección de aceituna ya estaba concluida. Sin embargo, en el apartado de comercialización, su cooperativa sí ha notado el impacto del coronavirus en el incremento de la demanda de aceite de oliva, lo que les ha llevado a duplicar ventas en el mes de marzo, “tanto por los canales habituales como en comercio online”, obligándoles a trabajar por turnos durante 24 horas los 7 días de la semana. Recuperada la normalidad de las salidas en el mes de abril, afrontan ahora en mayo el impulso de la demanda de aceite de oliva en monodosis para el canal Horeca.
En cuanto a los sectores ganaderos extensivos, de los más damnificados junto a las flores y plantas en esta crisis, Agustín González Sánchez ha explicado que en Ovipor están “aguantando el tirón” gracias a su modelo cooperativo, que les une a grandes grupos de comercialización en sus diferentes producciones. En este sentido, se ha referido a Bovies para la canalización del bovino; a EA group, para el ovino-caprino de carne; a Dcoop para la leche de cabra; y a Covap para la venta de ibéricos. Este sistema de dimensión es el que les ha asegurado “resistir, organizarse y seguir sacando producto de las explotaciones”. No obstante, lamenta la situación especialmente grave que vive el ibérico, un producto de alto valor añadido, “que va a ser el más damnificado en esta crisis, con una difícil y lenta recuperación por delante”.
Tras la mesa redonda, Roberto García Torrente, de Cajamar, ha señalado que esta crisis “no ha sido tanto de sectores como de sistemas de comercialización” y que ha puesto de manifiesto el buen funcionamiento de todos los eslabones de la cadena alimentaria para asegurar el abastecimiento diario en los puntos de venta. Por otro lado, ha comentado que el Covid-19 ha reafirmado ciertas tendencias que ya se venían vislumbrando en el sector, como que no existe un mercado único; la preocupación por la salud y la sostenibilidad de los consumidores; el despegue del comercio online, y el papel de atracción que el sector agroalimentario está generando en los fondos de inversión por su bajo riesgo y crecimiento asegurado.
A modo de conclusión, el director general de Cooperativas Agro-alimentarias ha hecho énfasis en que una vez más “la dimensión se reafirma como garantía de competitividad y futuro, incluso en las peores coyunturas”. Además, Jaime Martínez-Conradi Álamo ha hecho un llamamiento a las administraciones para que se reflexione sobre la futura PAC, que debe garantizar la soberanía productiva, así como defender las explotaciones y la economía de sus agricultores y ganaderos. Finalmente, todos han coincidido en la necesidad de aprovechar el momento de buena imagen que vive el sector para impulsar una estrategia de comunicación donde todos los agentes transmitan más y mejor la importancia de este sector esencial, como el Covid-19 ha demostrado a la sociedad.